Las amigas y el verano
Vol. 38 El calor, la 'legerezza' y las vacaciones nos devuelven esa ingente dosis de amor que llevamos esperando todo el aƱo
Anagrama acaba de publicar El don de la siesta. Notas sobre el cuerpo, la casa y el tiempo, de Miguel Ćngel HernĆ”ndez, un mini ensayo que pone en valor el acontecimiento de la siesta como un mecanismo de āresistencia a los tiempos impuestos desde el exteriorā. La siesta tiene el poder de frenar el tiempo, de detenerlo, por eso HernĆ”ndez la define como el āarte de la interrupciĆ³nā.
No es cierto que el estatus, el dinero y la belleza constituyan el triunvirato mĆ”s deseado; lo Ćŗnico importante aquĆ es el tiempo. Face it! El tiempo vale mĆ”s que las mansiones de las celebridades en MalibĆŗ o la colecciĆ³n de bolsos de HermĆØs de Kylie Jenner, que se debe a sus millones de fans.
Mientras que las islas privadas y las firmas de lujo estĆ”n al alcance de unos pocos, el tiempo solo lo ostentan los privilegiados que viven de rentas (o heredan fortunas millonarias). Y si hay alguien que conoce lo que es el Ć©xito, esos son ellos, no el CEO de una gran compaƱĆa que vive enmarronado dĆa y noche. TambiĆ©n hay personas; eso sĆ, un grupo muy reducido de ellas, que lo consiguen sin privilegios, renunciando a las supuestas comodidades del estado de bienestar.
Anyway, todas aquellas que formamos parte de la clase trabajadora debemos vender nuestro tiempo, porque no nos pertenece. Y suele ser mucho. Durante aƱos, llevĆ© una tote bag que vendĆan Helena Exquis y Astor Nube Negra junto a su fanzine Orfidal, que decĆa Work is the blackmail of survival. Ya estĆ” rotĆsima pero sigo conservĆ”ndola porque es mi favorita, Ā”y mira que he tenido bolsas de tela! Perdonad que me vaya por las ramas, lo que querĆa decir es que el tiempo que nos queda hemos de aprovecharlo al mĆ”ximo para hacer todo aquello que nos gusta o nos da placer o necesitamos hacer, aunque a veces se alargue de manera angustiante y en otros momentos, se esfume.
Pero el verano, como la siesta, es uno de esos momentos en los que el tiempo se para, aunque sea durante una semana, una quincena o un mes. Son dĆas de siestas, playa, monte, excursiones, cervezas y amigas. Vuelve hablar de Britney, vuelven las canciones juntas, vuelve que te acaricien el pelo, vuelve la salitre en los brazos y las sandalias llenas de arena, vuelven las comidas fuera; todas de muy buen humor, porque tenemos tiempo, mucho tiempo, y las preocupaciones son otras.
A veces, en medio de estĆ” vorĆ”gine de amor desaforado te preguntas si todos esos meses lejos, trabajando, han valido la pena, y te dices sin estar convencida del todo que igual sĆ. Que igual estos momentos y las siestas de dos horas y media compensan todo aquello. Y despuĆ©s volver a salir por la noche, y terrazas y noches interminables, y asĆ todo el rato.
Pero el tiempo nos juega malas pasadas, y de repente estĆ”s en tu ciudad lejos de algunas de tus amigas (aunque allĆ viven otras igual de valiosas), y te preguntas en dĆ³nde estĆ” esa amistad de la que hablan en todas las series, empezando por Sexo en Nueva York y acabando por The Bold Type, como tan bien cuenta aquĆ MarĆa Silvia Aguirre (gracias, Paula Serra por recomendĆ”rnosla en tu maravillosa Sobretaula). Porque la realidad es que la mayorĆa vemos a nuestras amigas cuando podemos, pero no porque se alejen de la habitual representaciĆ³n de la amistad femenina en la televisiĆ³n son menos valiosas o reales.
Con algunas amigas quedamos siempre que podemos, a otras las vemos en vacaciones, y God Bless a las amigas de internet. Pero eso no nos hace mĆ”s desgraciadas, ni menos merecedoras de esa idea de AMISTAD con letras mayĆŗsculas. Una que probablemente no existe, porque las relaciones no son perfectas ni como otros nos la cuentan, pero si tenemos suerte, pueden hacernos muy felices.
Y ya que a veces no podemos disfrutar de la amistad porque debemos vender nuestra fuerza de trabajo (perdonadme el arcaĆsmo) o estamos agotadas, parĆ©monos un segundo a pensar que estamos en esa estaciĆ³n del aƱo en donde muchas podremos celebrar mĆ”s que nunca esas conexiones, a veces casuales, otras deseadas y buscadas, pero que siempre resultan tan deliciosas y que huelen, saben y se tocan.
Ā© 2021 Elefant Records
TambiĆ©n pienso mucho sobre el tiempo Ćŗltimamente. Esto, en particular, ha fet una mica de mal: "todas aquellas que formamos parte de la clase trabajadora debemos vender nuestro tiempo, porque no nos pertenece. Y suele ser mucho" š Sobre la amistad, este aƱo he descubierto a Tamara Tenembaum y en su ensayo El fin del amor tiene reflexiones super lĆŗcidas sobre muchas cosas que has comentado. Un abrazo, Alexandra! Nos leemos por aquĆ š PD: Ā”Que vivan las amigas virtuales!